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DEDICATORIAS

Juan Mena
LA MÚSICA Y LA SEMANA SANTA
 
A Rafael Huertas Soria
 
   La importancia que tiene la música en los desfiles procesionales no está del todo considerada por muchos cofrades. Comprendo que también tienen su encanto las cofradías que van en recogido silencio. No se trata de hacer una oposición disyuntiva, sino de destacar la variedad y sus efectos en el público que asiste a esos desfiles.
Pero parece que ciertas hermandades van más a gusto con los acompañamientos musicales, además de constituir en ellas un factor imprescindible de su personalidad cofrade. Por otra parte, ciertas marchas se han popularizado entre las ya clásicas. Me refiero a marchas compuestas por autores isleños o residentes  en la Isla. 
Uno de esos músicos que han logrado ganarse una justa simpatía entre los finos catadores de las marchas semanasanteras, es, sin duda, Rafael Huertas, que en colaboración con J.J. Puntas, ha compuesto dos marchas deliciosas y ya harto conocidas en el repertorio habitual de nuestra Semana Mayor. Me refiero a Cristo Rey  y Jesús Nazareno. Otras marchas compuestas por Rafael Huertas han sido Poder y Amor y Virgen de la Soledad. Asimismo, también en colaboración con quien esto suscribe, creó la Plegaria a la Virgen de los Dolores en 1988. Aunque no he de salirme del tema, también he de recordar que Huertas es autor de piezas bellísimas de “música profana”, para diferenciarlas de la religiosa. 

 

No hay voy a entrar en títulos de esas composiciones populares, pero aquí dejo constancia de ellas para que los lectores sepan que en la Hermandad hay un auténtico músico de inspiración variada que está beneficiando al acervo cultural isleño y se ha de reconocer quiera que no.
   Precisamente esas dos marchas citadas -Cristo Rey y Jesús Nazareno- han conseguido atraer la atención de muchos aficionados, que no dudan en hacer encomios de ellas, pues sus compases son enormemente adecuados a la índole de los desfiles que se llevan a cabo en nuestro pueblo. Otras marchas de compases más sinfónicos -sevillanas en su mayoría y que nunca, o casi nunca oímos por aquí, en la calle- quizá estén en desacuerdo (quiero decir desacuerdo artístico por el efecto que producen el procesionar, y no por la calidad) con las marchas aludidas, pero lo mismo que nos acostumbramos a las hermandades que carecen de elementos musicales, y no por ello dejan de producirnos veneración, también hemos de habituarnos a un cierto estilo de llevar los pasos y de ejecutar las marchas, condiciones éstas que definen el carácter de una manera de concebir la Semana Santa, así como motivar al público a que asista a los desfiles con silencio y respeto.
   He querido con este articulito rendir un emocionado y pequeño homenaje a mi querido amigo Rafael Huertas, que ha compuesto —junto con Juan José Puntas— dos marchas cimeras e inolvidables de nuestra ya importante e insoslayable Semana Mayor
 
Boletín de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Cuaresma de 1992

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